Llámese Química.

Sinceramente, aunque diga que estoy agobiado por las practicas. Y que no tengo tiempo ni para pensar siquiera. Dígalo yo y todos mis compañeros. Al llegar a casa tras una larga jornada nos queda siempre algún recuerdillo de la anécdota del día. Es quizás difícil de explicar. Pero cuando estas en unas prácticas te olvidas de que existe mundo fuera hasta el punto de casi ni necesitarlo. Así como el año pasado, los compañeros con los que quizás tengas menos contacto a lo largo del curso se convierten en grandes conversadores matutinos mientras esperamos los largos y aburridos (un puto coñazo!) procesos.

Por el momento, y durante las 4 o 5 semanas siguientes estoy con las prácticas de Síntesis Orgánica. Como la mayoría practicas (por no decir todas) que realiza un estudiante de química. Consiste en ir mezclando cosas a diestro y siniestro que aparecen en las recetas del cuaderno de laboratorio, alternando con largos y lentos procesos de purificación y de más. Un gran número de veces ni sabemos qué, ni el porqué, ni para qué lo hacemos(*).

Defínase un día de prácticas tal que así:

Suena alarma del móvil a las 8:00. Saco el brazo. Cojo el móvil, anulo la alarma y enciendo el aire acondicionado para contrarrestar el frio glaciar de mi piso. 10 minutos después suena la segunda alarma (está todo medido). Salir de la cama y realizar una serie de rutinarias acciones matutinas. A las 9:00 salgo con mi mp3 dirección universidad (siempre a pie).

Llego sobre las 9:25. 5 minutos rutinarios (todo muy rutinario) de saludos en el pasillo del laboratorio así como comentarios del sueño con el que cargamos todos. En especial dicha persona que siempre llega de empalme con un olor a alcohol y humo exagerado.

9:30 El técnico de laboratorio nos indica que ya podemos pasar al seminario. Una horita (relativa) para preparar la practica del día. Digamos que mi compañero y yo contamos con alguna ayuda (llámese cuaderno de laboratorio de nuestros patriarcas veteranos, que solo conseguimos ciertas personas selectas).

A partir de aquí es genérico.

10:00 aprox. Con nuestra receta de montajes y procedimientos mas que lista, manos a la obra. Pesar esto y aquello. Diluir (nunca, pero nunca, funcionará la primera propipeta que cojas). Mezclar delicadamente (o no, 5 ml puede ser un chorro más o menos respetable). Esperar 20 minutos. Este tiempo suele ser para dejarte la piel buscando en libros y manuales las preguntas (*) mencionadas anteriormente. Pero como uno tiene el famoso “cuaderno de apoyo” (bautizado así por mi compañero, os lo presento como el “Señor refranes” por el momento). Bueno al tener dicho cuaderno…digamos que es hora de darle conversación al técnico de laboratorio. Ya te puede hablar del tiempo, de la economía, de la familia, de su vida, de lo que comió ayer, o el año pasado. Él siempre tiene conversación.

Tras pasar los 20 minutos toca purificar con algo. Siempre. No hay practica en la que no tengamos que purificar algo. Total. Montar montaje de destilación. Y a esperar otra media horita a que a aquello le de la vena. Aquí nuestro amigo el técnico se va a desayunar. Nos deja solos ante el peligro (del aburrimiento). Decir que en todo momento estamos supervisados por una profesora que… digamos que se aburre mas que nosotros. Durante esta media hora será el momento de: ir unas 4 veces a beber agua, otras 2 o 3 al baño y como mínimo 1 a saludar a los compañeros de inorgánica.

Después de destilar la muestra y decantar un par de veces. Nos toca ir a descansar (de aburrirnos por lo menos). Hora del desayuno.

Al volver toca calentar a reflujo. Dícese de poner a calentar un matraz redondo con una columna refrigerante en la que en la parte de arriba tiene una especie de tubito torcido con alguna sustancia higroscópica (normalmente CaCl2). Vamos, media hora más de perder el tiempo. O de darle conversación a al técnico. Ya ni paramos de conversar al acabar el reflujo y empezar la ultima destilación. Para por fin obtener ese algo. Sobre el cual se le echan un par de gotas de otro algo para ver que se pone de un color u otro y decir: uchá y se pone!! Para automáticamente tirarlo. (Por supuesto nunca acertaras a que tipo de residuo tirarlo).

Con lo de los colores del final es donde entra en escena mi compañero. Siempre se oirá una frase o refrán que haga alusión a los cojones de alguien o algo. Si, puede quedar mal. Pero es la frase de victoria. Y es una alegría saber que la muestra se puso “tan verde como los cojones de hulk” o “tan negra como los cojones de un grillo”.

En mi grupo de prácticas solo estamos 7 personas. Mas o menos clasificados así.

Señorita solitaria: digamos que no es la mejor opción como compañera. Es capaz de confundir a la profesora para no saber ni cuales son las extracciones liquido-liquido que realizó.

Señoritas trabajadoras: (*)

Señores…chapuceros: Este grupo lo integra el caballero empalmador de la noche junto con uno de los más competentes futuros químicos de mi promoción. Es algo así como tú te equivocas y yo lo arreglo. Que has tirado la muestra? Distrae a la profesora que yo voy al almacén y pillo producto puro de lo que hay que obtener, lo mezclo con algo y listo.

Y como no, el grupo de “el buen estudiante vago” y su compañero muchísimo mas competente y trabajador. Por suerte o desgracia soy el primero. Hasta el día de hoy, todo a la perfección.

Un saludo.