martes, 6 de noviembre de 2012

Oporto (1)


Comencemos el día (02/08/2012) tempranito, 6:00 am. En el aeropuerto ningún contratiempo (casi una novedad). Por la verdad llegamos temprano (por si nos encontráramos con dichos contratiempos) por lo que tocó esperar un buen rato. Mi hermano es increíble, llegamos al  aeropuerto, duerme, nos montamos en el avión, duerme, llegamos hostal, duerme.


Cosillas curiosas de ese intervalo de “no contratiempos”; en el avión una chica que creo brasileña me dijo que tenía los ojos bonitos (^^), más o menos algo así: “seus olhos sao lindos” (si es que uno... jaja). Lo que pasa es que no termino de adivinar si tiene 15 o 25 años, cada día tengo menos claro la edad de la gente.


Llegada al albergue (Pilot Hostel), muy temprano, mira por dónde, demasiado. Hay que añadir que se retrasa una hora el reloj. Eso fue súper gracioso, porque cuando compramos los billetes ponía: hora de salida 9:00, hora de llegada 9:15 y yo pensando, mira que pa un cuarto de hora de vuelo este precio... si es que no se me puede sacar del cortijo. Lo dicho que hasta las 13:00 no podíamos entrar, que conste que la chica de recepción fue amable, pero es lo que había, los anteriores no habían salido aún. Nos damos una vuelta muuuuy larga y compramos cuatro cosillas como gel, champú, pasta de dientes, lo que no podíamos llevar en el avión al viajar en plan ahorrativo. Llegamos de nuevo y nos acomodamos un poco. Yo cogí el pc (demasiadas horas desconectado) y mi bro como ya he dicho a volver a sobar.

Por la tarde a ver un poco el casco antiguo. Mira que quien me conoce sabe que me gusta andar. Pero lo de hoy, lo mismo ha sido la reencarnación de Jonny Walker, Juanito el andador que llamamos aquí. El caso que mis piernas en ningún momento estaban fatigadas, pero las piernas acostumbradas al metro de Madrid de mi hermano no lo han aguantado. Alguna situación un poco más tensa es cuando en el mapa no refleja muy bien por donde hay que tirar y hay que deshacer el camino.

Vemos el puente de Luis I. Estamos abajo, y queremos pasar por arriba. Subimos unas calles llenas de escalones y poco a poco volvemos a bajar, vamos hacia el otro lado y se supone que aparecemos arriba... aparecemos en el otro lado de abajo!!! Una señora que nos oyó hablar nos dijo como buenamente pudo por donde era. Nos hacemos la fotito obligada. Al fin y al cabo Oporto tiene un puñado de puentes, no se si diré de subirme a todos.

Esa noche noche barbacoa en el albergue. La única pega es que nos dijo que empezaba a las 8 y al final hasta las 10 no comimos. El ambiente por la noche en el bar es muy bueno, lo malo, que cada uno tiene su grupo (con sus compatriotas y su lengua) y no son muy abiertos, con el único que he conseguido entablar conversación es con “el yonki de Londres”. Estaba mas colgao que un abrigo en verano. Más tarde pusieron en el proyector el partido de baloncesto USA vs Nigeria (JJOO). En un par de cuartos dije de acostarme. El partido no tenía mucha tensión.

En el albergue hay: alemanes, italianos a cascoporro, francesas (mmm...) y el más raro de todos, el chino/coreano de nuestra habitación y poco más. Creo que me podría acostumbrar a vivir en un sitio como este. Lo que es la discografía no es muy variada aunque R, la chica del albergue, nos está poniendo música española; pereza, vetusta morla y cosas por el estilo (no es que sea mi predilección pero se esfuerza en que la gente esté a gusto).

Un apunte, las mujeres portuguesas... guapas, lo que se dice guapas no son, donde se ponga la española autóctona que se quite lo demás. Pero, algo tienen, tienen un encanto especial. Otra cosilla, el idioma; el portugués no se entiende, pero no se entiende una mierda. A lo mejor si hablan a una velocidad medianamente lenta algo pillo. Mi ingles no tiene nada que envidiar al de los portugueses por lo que significa que mejor evitarlo. Al final hemos optado por hablar ellos en espanhol chapurreado y yo en una mezcla de spanglish.
Con respecto a la ciudad, es una ciudad con encanto. Tiene un río para ponerse nostálgico y bohemio, y una playa increíble (con un viento de la ostia, pero playa al fin y al cabo). Las playas, son como cualquier playa, la diferencia que  los guiris son autóctonos, que en España también pasa mucho no nos engañemos. Otra nota,  los coches tienen su propia ley aparcan y pasan por donde quieren. Pero literal. Si un coche quiere subirse por la acera y circular por ahí lo hace.

La segunda noche en el albergue estuvimos hablando con un italiano, y con su novia. Estuvo estudiando en Córdoba con una beca, algo sobre un parásito de las abejas, es biólogo. Su acento andaluz era incluso más marcado que el mio.  En breve se iría a Australia a trabajar. Según él, uno de los pocos sitios donde hay trabajo ahora mismo junto con Canadá. Pero en Canadá es muy difícil entrar y hace mucho frío. Por cierto la novia era ingeniera de telecomunicaciones y trabajaba en una tienda de zapatos.

Esa noche salimos junto con un alemán de bisabuelo francés. Que una vez más nos deja en cuanto el idioma en ridículo, sabia ingles y español, solo había estudiado 6 meses español, yo después de tantos años no sabía una mierda de ingles.








1 comentario:

  1. Cualquiera que lea esto creerá que soy narcolépsico... que bien me dejas siempre

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